La mayoría de los padres no se sorprenderá al saber que los niños tienen sus propias necesidades de sueño. Estas necesidades cambian con el tiempo – eso es correcto, lo que funciona para un niño pequeño difiere dramáticamente de un adolescente o un adulto, pero no tanto con un niño de 12 años – ambos se benefician de un total de 12 horas.
Grupo de edad | Horas recomendadas de sueño por día |
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Recién nacido: 0-3 meses | 14-17 horas |
Infantil: 4-12 meses | 12-16 horas por 24 horas |
Niño pequeño: 1-2 años | 11-14 horas por 24 horas |
Prescolar: 3-5 años | 10-13 horas por 24 horas |
Colegio: 6-12 años | 9-12 horas por 24 horas |
Adolescentes: 13-18 años | 8-10 horas por 24 horas |
Adulto: 18-60 años | 7 o más horas por noche |
Adulto: 61-64 años | 7-9 horas |
Adulto: 65 años y mayores | 7-8 horas |
Los niños cansados no son sólo gruñones. Los niños que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo de contraer enfermedades crónicas y obesidad.
Es importante que los padres se aseguren de que sus hijos reciban la cantidad adecuada de sueño, no solo para evitar el mal humor, sino también para garantizar su salud a largo plazo. Los estudios han demostrado que los niños que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión, así como problemas de aprendizaje y comportamiento.
Además, los patrones de sueño deficientes en los niños también pueden afectar negativamente a los padres y al resto de la familia. Los padres pueden sentirse frustrados y agotados cuando sus hijos no pueden dormir lo suficiente, lo que puede afectar su relación con los niños y su capacidad para cuidar de ellos adecuadamente.
Es importante que los padres establezcan una rutina regular de sueño para sus hijos, lo que puede incluir establecer una hora de dormir regular, limitar la exposición a la tecnología antes de acostarse y crear un ambiente de sueño relajante en la habitación de los niños. También es importante evitar la cafeína y los alimentos azucarados antes de acostarse, ya que pueden interferir con el sueño y hacer que sea más difícil conciliar el sueño.
En resumen, el sueño es esencial para el bienestar de los niños, y es importante que los padres comprendan las necesidades de sueño de sus hijos y tomen medidas para garantizar que estén durmiendo lo suficiente. Al establecer una rutina regular de sueño y crear un ambiente adecuado para dormir, los padres pueden ayudar a sus hijos a dormir mejor y a mantener una buena salud a largo plazo.