Un nuevo estudio ha revelado lo que ya sabíamos; incluso la más pequeña carencia de sueño de calidad te hará un gruñón a la mañana siguiente.
Un estudio reciente de la gente de Iowa State Universty encontró un vínculo directo entre las emociones negativas y la falta de sueño, lo que demuestra que si pierde solo dos horas de sueño por noche, se volverá una persona más enojada.
Los participantes del estudio se dividieron en dos grupos. El primer grupo de personas tuvo la suerte de mantener su rutina normal de sueño de siete horas por noche, mientras que el segundo grupo (el más desafortunado) de personas tuvo que acortar su sueño dos horas cada noche.
Luego se les pidió a los participantes que calificaran diferentes productos mientras escuchaban ruidos irritantes, lo que sería la peor pesadilla para toda persona cansada.
El razonamiento detrás de la cruel idea fue que los participantes se encontraban en una condición lo suficientemente incómoda como para provocar sentimientos de ira. Como era de esperar, los que fueron privados de sus preciosas siete horas de sueño tenían más probabilidades de estar fuera de control.
El profesor principal del estudio, Zlatan Krizan, dijo: «Manipulamos lo molesto que era el ruido durante la tarea y, como se esperaba, las personas informaron más enojo cuando el ruido era más desagradable. Cuando se restringió el sueño, las personas informaron incluso más enojo, independientemente del ruido».
La ciencia ha aprobado una larga creencia y, honestamente, no podríamos estar más agradecidos, pero lo que no cabe duda es que siempre hay que disponer de el colchón más adecuado para un correcto descanso.
Además, este estudio no solo encontró un vínculo entre la falta de sueño y la ira, sino que también descubrió que la privación del sueño puede afectar la capacidad de una persona para controlar sus emociones. Los participantes del grupo que perdió dos horas de sueño por noche mostraron más dificultades para regular sus emociones y expresarlas de manera efectiva.
Otro hallazgo interesante del estudio fue que la falta de sueño no solo afectó las emociones negativas, sino que también redujo la capacidad de los participantes para experimentar emociones positivas. En otras palabras, no solo estaban más irritables y enojados, sino que también tenían menos probabilidades de sentirse felices o emocionados.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la falta de sueño no solo puede hacernos sentir malhumorados y enojados, sino que también puede afectar nuestra capacidad para regular y experimentar emociones en general. Es esencial asegurarnos de que estamos obteniendo la cantidad adecuada de sueño de alta calidad para mantener una buena salud emocional y mental.