Dormir más y sacar mejores notas

Dormir estudiando

La calidad y la cantidad de sueño son vitales para un cerebro en crecimiento y aprendizaje. Cuando los niños van a la cama y cuando se despiertan, son tan importantes como la cantidad de sueño que reciben. Una buena rutina y buenos hábitos también son vitales para la salud del sueño.

¿Dormir lo suficiente te hace más inteligente? No exactamente. Pero a lo largo de los años, la investigación ha relacionado sistemáticamente la buena noche de sueño con un mayor éxito en la escuela. Eso es porque un cerebro bien descansado es mucho más capaz de retener información y consolidar recuerdos. Una gran cantidad de factores determinan el éxito académico, pero ser capaz de recordar lo que aprendió es seguramente uno de los más importantes.

Tanto la calidad como la cantidad de sueño son clave para impartir los beneficios del sueño a un cerebro que crece y aprende. La calidad del sueño se refiere a un sueño sin interrupciones en un ambiente cómodo y saludable. Una habitación fresca y oscura con ropa de cama limpia adecuada crea un buen espacio físico para dormir. Los niños necesitan experimentar el ciclo completo de las etapas de sueño para una salud óptima, por lo que se debe evitar despertarlos en el medio de la noche, intencionalmente o no.

Cantidad de sueño se refiere a cuántas horas de sueño recibe un niño por noche. Su pediatra puede proporcionarle las recomendaciones más recientes para la cantidad óptima de horas que su hijo necesita. Las siestas durante el día, si bien son importantes para los niños muy pequeños, no forman parte de las horas nocturnas de sueño para los niños mayores. De hecho, los hábitos de siesta no saludables pueden llevar a un círculo vicioso de horas de acostarse, mala calidad de sueño nocturno, despertar de la mañana difícil y largos días de mareo.

Ir a la cama y despertarse

No es coincidencia que nuevos estudios revelen que cuando te vas a la cama y cuando te levantas también son tan importantes como cuánto duermes. La investigación muestra que los niños que van a la cama más temprano simplemente lo hacen mejor en la escuela. Aquellos que van a la cama más temprano también tienden a tener una mejor calidad de sueño, con menos horas de vigilia y más descanso reparador. Algunos padres suponen que un niño que se acuesta más tarde simplemente dormirá más tarde, pero este no es el caso. Incluso cuando se deja que los niños se despierten solos, rara vez duermen lo suficiente.

Una buena rutina ayuda a mantener la salud del sueño. Como padres, es importante asegurarse de que las horas de acostarse y de vigilia no varíen demasiado de los fines de semana a los fines de semana. Tal consistencia tiene sus recompensas: las grandes diferencias en la hora de acostarse entre los días de la semana y los fines de semana se han asociado con menores promedios. Muchos estudios también han demostrado que dormir los fines de semana no es equivalente a «ponerse al día». Entonces, aunque puede ser tentador dejar que un niño se quede despierto hasta tarde un viernes por la noche, todo indica que los acostará como siempre.

Buenos hábitos de sueño

Las mejores prácticas para que los padres puedan ayudar a sus hijos a conciliar el sueño incluyen restringir el tiempo frente a la pantalla antes de acostarse, desalentar las siestas para los niños mayores y acostar a los niños antes de esa hora extra de sueño en lugar de alentarles a tomar una hora extra de estudio. La gestión del tiempo es una habilidad clave para aprender a medida que los niños crecen, y tener en cuenta el sueño en el horario es una consideración importante. El cuidado personal forma una parte igualmente importante del desempeño escolar positivo y exitoso.

Hay una buena razón por la que los padres deben preocuparse por los hábitos de sueño de sus hijos. Hay riesgos reales de quemar constantemente la vela en ambos extremos. La falta de sueño o la mala calidad del sueño es un predictor constante de falta de concentración, funcionamiento ejecutivo deficiente, problemas de conducta y un rendimiento académico más pobre en general. Cuando priorizas el sueño, estás priorizando la capacidad de tu hijo para tener éxito en la escuela.

Preparado para la tarea

El sueño, la nutrición adecuada, el ejercicio y el tiempo libre para jugar o relajarse son necesarios para la salud general del niño. Aseguran que se puede mantener la atención, que la memoria puede almacenar adecuadamente nueva información y que el niño participa en su trabajo en lugar de sentirse obligado a trabajar cuando su cuerpo no está preparado para la tarea.

Los académicos son importantes, pero el sueño cumple funciones importantes para mantener un estado de ánimo equilibrado, reducir las rabietas y aumentar la felicidad general. Mientras que su hijo inicialmente puede resistirse a una hora antes de acostarse, recuerde que al final su mejor estado de ánimo, una mayor regulación emocional y un mayor funcionamiento en la escuela significará un niño más feliz y más saludable en general.

¿y el colchón?

Una buena base es fundamental para el descanso del niño, piense si su hijo lleva ya más de 4 o 5 años durmiendo en el mismo colchón y ha llegado ya la hora de cambiar.
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